Hay que ver cómo somos. Nos cuesta entender las pasiones de los demás. Digo esto porque habiendo publicado ‘Sin mirar atrás: una introspección poética’ hace unos días, varias personas me han preguntado por qué he escrito un libro de poesía y no cualquier otra cosa. No es que me preocupe mucho y que nadie se ofenda, pero cuando la propia madre de una, que es, por otra parte, una ávida lectora, se cuenta en ese grupo y, con todo, sigues adelante, comprendes que tu motivación en esto es a prueba de balas. Y si voy a ser honesta, y es lo que pretendo, lo he escrito más para mí que para ustedes. Vaya, digo que voy a ser honesta y lo primero que digo es incierto. No, en realidad siempre escribo para mí, porque eso es lo que yo hago: dormir poco y escribir poesía. No, es el hecho de publicarlo lo que marca la diferencia. Para mí, que soy una persona más bien reservada, publicar este poemario ha sido un desafío. Es como desvestir un poco el alma.

Pero volviendo al tema, las respuestas que he dado a la pregunta sobre por qué he publicado un poemario han sido varias y, según el grado de proximidad de la persona en cuestión, han ido de menos a más:

a) Concibo la poesía como uno de los actos más íntimos de comunicación porque se basa en poner un idioma único y personal en la mente de otros, compartiendo esas imágenes internas e imperfectas que, a veces, son las únicas capaces de retratar ciertas emociones, o cómo dijo Federico García Lorca:

Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.

b) Porque no quería publicar nada detrás de lo que pudiera esconderme.

Es decir, mi pensamiento fue: ya que te lanzas, hazlo asumiendo riesgos, y lo más difícil era compartir mis poemas porque son lo más personal que puedo llegar a escribir. Eso no significa que me limite a escribir poesía de aquí en adelante, ni todo lo contrario.

c) Tú sabes. Tú sabes.

Con eso basta para ellos. Son pocos, pero los mejores. Y sí, ellos saben, porque han tenido que soportarme durante años.

d) Ya, mamá. Ya sé que a ti la poesía no…, ¡vamos, que no es lo tuyo! Pero para mí es importante, así que… ¿vale?, vale.

Ella me lee igualmente. Amor de madre, es lo que tiene.

Y para finalizar, gracias a todos los que han comprado ‘Sin mirar atrás: una introspección poética’. Han sido unos días muy emocionantes debido a vosotros y a todos los que han respaldado la publicación en redes sociales. De veras, muchas gracias.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.