«Allí quedó el techo arrugado que estrujó mis pensamientos y allí está todavía la terraza vacía desde la que pretendí arrojar mis pesares. Susurrando que aún me aguarda.
No puede esperar silenciosa y se agita, como un niño envuelto en una pesadilla de la que trata desesperadamente de escabullirse, tras fracasar en el intento de no renunciar a sus sueños con el paso de los años.
Es una sonrisa colgada, que se balancea en la esperanza de verme desandar mis pasos, mientras pierde los dientes uno a uno. Me evoca a una muñeca tirada sobre el suelo sucio a la que se le ha quedado un ojo abierto, y que no afirma «te quiero» desde que se le ahogaron las alcalinas.
Sabe que exhalé un suspiro desalentado al poner a sus pies mi derrota y que regué los míos con llanto. Pero ignora que el cadáver que dejé validó un trato con la vida, suficiente para hacerme romper el pacto con mi demonio: aquel por el que yo iba a morir mil veces y él a revivirme todas menos una».
Poema: DESACORDAR, incluido en ‘Sin mirar atrás: una introspección poética’ (Amazon, 2015), escrito por Alicia Armas ( @dobleapunto ) |